IGLESIA DE SAN JUAN O DE LOS SANTOS JUANES



IGLESIA DE SAN JUAN DE ALBA DE TORMES O DE LOS SANTOS JUANES

HISTORIA
La Iglesia de San Juan constituye la muestra más destacable de la arquitectura románico-mudéjar (fusión del románico y la tradición islámica) que se conserva en la provincia, siendo una de las siete iglesias con que cuenta la villa en la actualidad y de las 18 que a lo largo de la historia llegó a tener, de las cuales, al menos 5 fueron construidas en el mismo estilo, aunque hoy sólo se conserva la de Santiago, probablemente la más antigua de todas. El abundante número de templos de este estilo, tanto en la localidad como en la comarca (Pedrosillo de Alba, Turra de Alba, Galleguillos, Gajates, Coca de Alba, Peñarandilla,...) junto a la pureza de líneas de alguno de ellos, han llevado a considerar a Alba de Tormes, como uno de los focos de origen de este estilo artístico.
Construida en las postrimerías del siglo XII y primeros del XIII, tras la repoblación de la villa encargada en un primer momento por Alfonso VI a Raimundo de Borgoña y más tarde por Alfonso IX, el templo ha sufrido importantes reformas a partir del siglo XV, época a la que pertenece la parte posterior del mismo, perdiendo en 1791 su original pórtico de estilo bizantino bajo el cual se reunía el concejo para impartir justicia ya que durante el siglo XV esta iglesia tuvo carácter municipal. Finalmente fue restaurada en 1957, suprimiendo los caprichos barrocos, con que fue cubierta en el siglo XVIII con el fin de devolverla su aspecto primitivo y levantando el pórtico actual. Desde el 24/06/1993 es BIC (Bien de Interés Cultural), siendo de gran interés tanto su arquitectura como las piezas artísticas que alberga, sumándose al patrimonio propio del templo, obras artísticas procedentes de otras iglesias de la villa (San Miguel y Santiago).



EXTERIOR.
Es uno de los pocos ejemplares de la comarca de este estilo cuya cabecera consta de tres ábsides, aunque al exterior sólo son visibles la mitad del central, mucho más amplio y semicircular, y uno de los laterales (poligonal), ya que el resto se encuentra oculto por viviendas adosadas. Con armoniosa conjunción de ladrillo y piedra que exhiben formas vegetales y animales enfrentados coronando esbeltas columnillas de ladrillo.
En el muro norte (C/ del Arco, junto al ayuntamiento) sobresale una sencilla portada mudéjar, actualmente cegada, formada por seis arcos apuntados decrecientes y remate en friso de ladrillos en esquinilla e imposta de nacela. Esta portada septentrional data de las primeras décadas del siglo XIII, mientras en el muro sur se abre el pórtico de ingreso al templo, obra de la última restauración, que aprovecha dos sugestivos capiteles románicos con animales monstruosos. Tras él se alza la torre, de sólida fábrica de mampostería en un primer tramo y ladrillo en la parte superior, levantada hacia 1787.



INTERIOR.
El espacio interno, de amplias proporciones, se resuelve en tres naves separadas por dos grandes arcos rebajados de 18 metros de luz, levantados en el siglo XV en sustitución De la arquería original rematadas en triple ábside semicircular. Corresponde a la construcción original (S. XII-XIII) la cabecera y parte anterior de los muros laterales, sin duda la zona arquitectónica de mayor interés, siendo el resto del siglo XV y posterior. La techumbre de madera que cubre las naves es fruto de la última restauración, conservándose parte de la armadura original (s.XV), con bella policromía en la nave del evangelio (derecha).
Esta iglesia alberga un extraordinario conjunto de obras de arte sacro de todas las épocas (SS. XII al XVIII), tanto del propio templo como procedentes de otras iglesias locales, que forman un verdadero museo de arte religioso, destacando una pequeña colección de sepulcros y lápidas funerarias de arenisca, pizarra y alabastro, muestras de los siglos XIII al XVIII pertenecientes a miembros de nobles familias de la Villa.









1.- ALTAR DE CRISTO ATADO A LA COLUMNA.
Cobijado por un arco solio que se abre en el muro meridional de la iglesia se encuentra este pequeño altar con frontal en piedra arenisca decorado con escudo flanqueado por leones y retablito que ensambla relieves aprovechados del siglo XVI de Juan de Montejo, pintados a grisalla dos siglos más tarde que representan diversos santos, autor al que igualmente pertenece el relieve de María Magdalena en el desierto, que se encuentra junto a la puerta de entrada. En el centro del retablo se encuentra una de las obras más sobresalientes del templo. Se trata de una espléndida tabla de gran calidad artística que representa a Jesús flagelado, obra de indiscutible mérito atribuida a Joan de Joanes y fechada hacia 1535 que ha sido calificada como entre lo mejor de la pintura española del siglo XVI. De influencia claramente italiana y gran belleza formal, destaca, sobre fondo oscuro, el cuerpo de Cristo, cuyo rostro, sobrio y elegante, de gran sentimiento y expresiva mirada, suscita inevitablemente el recogimiento.
Ha estado expuesto en varios lugares de España y Europa.




























 2.- VIRGEN DE LOS ANGELES
Tabla anónima hispano-flamenca de finales del siglo XV o principios del XVII, que representa a la Virgen con el Niño, coronada como Reina de los Cielos y adorados por Ángeles. De espléndida ejecución, sobre fondo dorado, destaca la fina expresividad, la exquisita minuciosidad del tratamiento y el gusto por los pequeños detalles.



3.- CAPILLA DE LOS VILLAPECELLÍN.
Corresponde a uno de los ábsides laterales. Esta capilla encierra la parte arquitectónica más importante de la iglesia, decorada a base de arcos ciegos de ladrillo (trilobulados en la cabecera, de indudable influencia árabe) con basas y capiteles de arenisca. Estos últimos con decoración de hojas carnosas y apomados. Algunos con la policromía original.


En los muros laterales se hallan cuatro sepulcros del siglo XVI pertenecientes a Diego de Villapecellín, camarero del duque de Alba, alcaide y corregidor de la villa, su esposa y sus dos hijos. Sobre ellos seis tallas en madera en madera policromada del los siglos XVI y XVII representan a San Miguel abatiendo al diablo, Santa Águeda, Santa Apolonia, San Juan Evangelista –perteneciente a un calvario desparecido-, San Vicente Ferrer y Santo Domingo de Guzmán.




4.- VIRGEN DE LA GUIA.
En el fondo de la capilla anterior se muestra una deliciosa imagen de la Virgen con el Niño. Escultura gótica del siglo XIV en piedra arenisca policromada con silueta ondeada y delicada sonrisa característica de su estilo. La Virgen sostiene al Niño que lleva en una mano la bola del mundo mientras con la otra está en actitud de bendecir. La imagen procede de la desaparecida ermita de la Guía, situada hasta finales del siglo XIX en la otra orilla del río, junto al puente, contando con gran devoción por parte de los caminantes y peregrinos, quienes no dudaban en orar ante su imagen.










5.- CAPILLA MAYOR. EL APOSTOLADO.
Fuertemente reformada tras sustituir su original bóveda de cañón por una cúpula sobre pechinas para dar luz a un primitivo retablo que adornaba el ábside. Esta capilla cobija la obra más importante de la iglesia, verdadera joya de la escultura románica. Se trata de un espléndido Apostolado en piedra arenisca policromada que ha sido fechado hacia 1200. Aunque se desconoce su original emplazamiento, probablemente formando parte de una monumental portada. Actualmente se encuentra colocado sobre un zócalo semicircular de ladrillo como “colegio apostólico”. Formado por trece esculturas, Cristo en el centro y seis apóstoles a cada lado. Muestra figuras frontales entronizadas. Todas del mismo tamaño, excepto Cristo, que siguiendo la jerarquía de tamaños propia del estilo, presenta unos centímetros más de altura. Este apoya su mano derecha sobre un cayado, símbolo del Buen Pastor, mientras con la izquierda sostiene el cetro coronado en flor de lis, que pone de manifiesto su condición de Rey, manifestando la presencia de lo divino en el poder terrenal. Los Apóstoles portan un libro, símbolo de la verdad desvelada, a excepción del primero por la derecha (San Pablo). Sólo se han identificado cuatro: a la derecha de Cristo, San Pedro, portando las llaves; a la izquierda de Cristo, San Juan, originariamente sin barba, por ser el más joven, pero al que más tarde la policromía le dotó de una tosca barba. Inmediatamente al lado de éste, Santiago, identificado por las conchas de peregrino, que engalanan su manto. San Pablo a la derecha portando una filacteria. Este es el único apóstol que presenta el sitial trabajado, a base de varales sogueados y arquillos.






El conjunto formó parte de las exposiciones “Las Edades del Hombre” en la catedral de Valladolid (1988) y “Flandes y Castilla-León” en la catedral de Amberes (Bélgica) en 1995.














6.- VIRGEN CON EL NIÑO.
Adosada al muro sur de la capilla mayor se encuentra una hermosa imagen en piedra del mismo estilo y autor que el apostolado, que trata el tradicional tema bizantino de Virgen “Theotokos” o Madre de Dios, modelo iconográfico muy frecuente en la escuela románica. Representa a María entronizada, rígida e hierática, como Trono de Sabiduría y expositor del Niño, a quien tiene sentado sobre sus rodillas, también frontal que porta un libro. Ambos en actitud de bendecir. La decoración del trono es similar al de San Pablo y Cristo, siendo la policromía posterior a la del Apostolado.









7.- SEPULCRO DE DIEGO DE LA CARRERA.
Empotrado en el muro del evangelio se encuentra esta brillante exhibición de la escuela plateresca que revela la existencia de una interesante escuela escultórica local a la sombra del palacio ducal. Fechado en 1536, su fina labra muestra, a modo de retablo, pilastras laterales que enmarcan un arco solio con hermoso relieve que representa un Descendimiento con Cristo muerto entre San Juan, María y la Magdalena. El enterramiento pertenece, según dice la inscripción a Diego de la Carrera y Juan Flores, su hijo, cuyos escudos, sostenidos por niños, se reparten sobre la tapa del sepulcro.




8.- CAPILLA DEL SANTÍSIMO.
Arquitectónicamente similar a la capilla de los Villapecellín, aunque más restaurada. En ella se venera una extraordinaria imagen de Cristo crucificado, gótica del siglo XIV, realizada en madera policromada y de tamaño algo menor que del natural. Corresponde a un tipo de imagen frecuente en la región, conocido como “expresionista” que representa a Cristo agónico, dolorido, modelo característico de la época de las epidemias que azotaron España.




9.- RETABLO DE PERUCHO.
Conocido con el sobrenombre de Perucho por estar formado el frontal del altar por la lápida funeraria en pizarra policromada correspondiente al enterramiento de Perucho y Toribio de Villarreal, cuyos retratos se muestran a ambos lados del sagrario. El retablo es del siglo XVI, de estilo renacentista con estructura de líneas muy clasicistas y sobria decoración. Atribuido por algunos autores a Juan de Montejo. Está presidido por una imagen de gran belleza de Virgen con el Niño en brazos, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario y del Socorro de los afligidos. A ambos laterales imágenes de San Roque, San Alberto y encima San Ignacio de Loyola.


10.- CALVARIO.
En el arco que corresponde a la portada que se abría en el muro norte, se muestra un interesante Calvario del románico de transición al gótico (s. XIII) en madera con restos de policromía. Gravemente deteriorado por haberse encontrado emparedado en el muro de la sacristía de la iglesia de Santiago, durante las obras de restauración del ábside en 1984. El grupo representa a Cristo Crucificado, acompañado por la Virgen con manos suplicantes y San Juan porta un libro y se lleva la mano al rostro con gesto de aflicción. El conjunto muestra la tradicional jerarquización de tamaños, según la importancia de cada personaje tan frecuente en la estética del románico.









11.- RETABLO DE LA PIEDAD.
Este retablo barroco cobija el conjunto que le da nombre. Se trata de una Piedad, tema de gran popularidad en este momento artístico, que representa la Virgen desconsolada con su Hijo muerto en el regazo. Imagen del siglo XV que sale en procesión los Viernes Santos. El relieve superior representa la Presentación de Jesús en el Templo, fue aprovechado junto a los del retablo mayor de un retablo hoy desaparecido, siendo obra de Juan de Montejo (siglo XVI).

12.- SEPULCRO DE ANDRES BROCHERO.
Pertenece a Andrés Brochero, regidor de la villa, fallecido en 1504. Este enterramiento procede de la iglesia de San Miguel, arruinada en 1977, siendo uno de los enterramientos que de la misma familia y procedentes del mismo lugar se custodian en esta iglesia. Labrado en piedra arenisca, está formado por un arco escarzano que alberga la caja sepulcral con tapa y frontal decorados con los escudos familiares sostenidos por personajes fantásticos, salvajes.


13.- NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES.
Ocupando la hornacina de otro retablo barroco, se encuentra esta hermosa talla en madera policromada del siglo XVII, correspondiente a la escuela castellana de Gregorio Fernández. La imagen representa con gran viveza y realismo el popular tema de la Dolorosa o Virgen de las siete espadas en que la Madre de Dios, delante de la Cruz muestra el más profundo dolor y asolamiento ante la pérdida de su Hijo, mientras apoya su mano derecha sobre las siete espadas que le clavan en el pecho, símbolo de los siete dolores que sufrió a lo largo de su vida: La Presentación en el Templo, La Huida a Egipto, el Niño perdido en el Templo, El Camino del Calvario, La Crucifixión, El Descendimiento, y El Entierro.
La imagen sale en procesión en el atardecer del Viernes Santo.






14.- PULPITO.
Realizado en piedra arenisca policromada y fechado entre los siglos XVI-XVII muestra uno de los relieves más antiguos que se conservan con el escudo de la villa de Alba de Tormes, coronado por el pendón de la villa, con una estrella a cada lado y otra bajo uno de los arcos del puente.














15.- RETABLO MAYOR.
Notable retablo barroco dorado y policromado y ejecutado en 1752 por Luís González, según trazas de Miguel Martínez, que aprovecha imágenes y relieves de Juan de Montejo del siglo XVI, pertenecientes a un primitivo retablo que presidió el templo. El retablo que ocupó la capilla mayor de la iglesia hasta su traslado en la última restauración (1957), está presidido en una doble hornacina por las imágenes de los titulares de la iglesia: San Juan Bautista a la izquierda y San Juan Evangelista a la derecha. En las calles cuatro relieves narran pasajes de la vida de ambos. A la izquierda el Bautismo de Cristo en el Jordán y la Decapitación del Bautista y a la derecha el Evangelista escribiendo el Apocalipsis en la isla de Patmos y uno de sus suplicios. Sobre las imágenes de los titulares el relieve de la Asunción y rematando el conjunto el Padre Eterno.


16.- ZONA DE LA ESCALERA Y ENTRADA A LA SACRISTÍA.
A los pies de la iglesia y junto a la sacristía se encuentran diversas lápidas y enterramientos de singular interés.
16.1.-Cronológicamente destaca por su antigüedad un sarcófago del siglo XIV, procedente de la iglesia de San Miguel, de un caballero desconocido. Labrado en piedra arenisca con la estatua yacente del difunto sobre la tapa y un perro a los pies como símbolo de fidelidad. En el frente un relieve representa a Cristo en Majestad inscrito en la mandorla, flanqueado por un apostolado bajo arquería gótica. En la cabecera un calvario y blasón de la familia a los pies.


16.2.-En el muro, por encima se encuentra un frontal de altar del siglo XVII labrado en pizarra, decorado con los símbolos de los Santos Juanes (cordero y águila) y perteneciente a esta iglesia.


16.3.-Sobre la puerta de la sacristía se encuentra una lápida funeraria en pizarra policromada fechada en 1597 con relieves de San Francisco de Asís y San Antonio de Padua entre los escudos familiares.
16.4.-Adosada al muro de la escalera se encuentra el enterramiento del alférez Pedro Torrecilla, fechado en 1490, con decoración epigráfica gótica y escudo del fallecido en el centro.
16.5.-Junto a la lápida una pizarra policromada de 1619, perteneciente al enterramiento de Pedro Sánchez de Nogal.


16.6.-Sobre la escalera una última lápida de pizarra perteneciente al arcipreste de Rodilla, fallecido en 1572.































17.-SEPULCRO DE GARCIA BROCHERO Y SU MUJER.
Este hermoso sepulcro de finales del siglo XV enmarca bajo bellos arcos angrelados de arenisca con decoración de cárdinas, típica del gótico florido, la caja sepulcral de alabastro sostenida por cuatro leones que portan en sus fauces cuerpos de niños. La urna se decora con hermosos relieves que representan un Calvario (sobre la tapa) y una Piedad (en el frontal) flanqueados por los escudos familiares, sostenidos por ángeles con los escudos cruzados en zig-zag en todo el enterramiento. Heráldica que se repite en el fondo del lucillo.